Capítulo 15
La pala
El doctor Mendoza llega a su casa, como de costumbre, entre las 20:30 y las 21:00. Hoy ha ido a jugar al pádel y eso explica que llegue un poco más tarde. Cuando va a sacar la pala del maletero se da cuenta de que la ha olvidado en el club y maldice, se enfada mucho. Era nueva y no precisamente barata. Espera el ascensor que le sube del garaje a casa y repasa en alto los lugares donde la ha podido olvidar. Por si acaso recuperarla el jueves, cuando vuelve a las clases. “¡Joder!” grita pulsando el botón que ordena que se cierren las puertas, “¡la puta pala nueva!”.
En casa, el doctor Mendoza saluda a su mujer y pasa rápido, de largo, directo a comprobar si aún guarda la vieja Varlion en el cajón de las cosas de deporte. Ella se acerca y le pregunta con la intención de encontrar alguna información que le explique por qué se ha quedado sin su beso: si todo ha ido bien en el trabajo, si ha pasado algo especial hoy en el hospital.
- El de la 404 -contesta el doctor mientras busca en los cajones- No sé si te acuerdas- ella niega con la cabeza- Sí, el que te conté que tenía una enfermedad degenerativa que…
- Me quiere sonar- contesta ella cortando la conversación para que su marido avance.
- Ha venido su hijo hoy a firmar unos papeles. Un consentimiento para empezar con su tratamiento paliativo, no se puede hacer nada por él.
- Y eso te enfada- dice la mujer cuando escucha a su marido que resopla al contar la historia.
- No, cariño, no es eso. Es que he perdido la pala.
- ¿La nueva? – Él asiente- ¡Qué cabeza!
Por fin, tras sacar los cajones de los pantalones cortos y las pelotas, encuentra su antigua pala.
- Al menos podré ir tirando con esta hasta que encuentre la otra- dice antes de levantarse y besar a su esposa- ¿Cómo ha ido tu día?
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